Castelló es una ciudad sabrosa en matices gastronómicos por la riqueza natural de sus tierras que permiten disfrutar durante todo el año de gran variedad de producto. Los arroces son uno de los platos típicos –Arrocito de Castelló-, carnes, pescados y como no; la huerta… son una seña de identidad de la cultura culinaria de los castellonenses. El café Carajillo también es un elemento de primer nivel del panorama gastronómico que no puedes dejar de probar.
Este sabroso calendario gastronómico, es la excusa perfecta para una escapada a esta capital mediterránea que marida mar, montaña, huerta. Y una vez allí, disfrutar de sus tres amplias playas –Del Pinar, Gurugú y Serradal– ideales para mantener las distancias y practicar todo tipo de deportes náuticos; admirar las señas de identidad de su centro histórico –como El Fadrí, la Concatedral de Santa María o el Ayuntamiento–; o hacer turismo activo a través de sus diversas rutas patrimoniales por los alrededores, como la de sus nueve ermitas barrocas.